miércoles, 14 de noviembre de 2012

LOS HUARPES... ABRAN DESAPARECIDO?

Huarpes: costumbres que se apagan

La octava cultura aborigen del país Los relatos decían que la cultura huarpe había desaparecido de Mendoza. Y que el único vestigio existente del pueblo era sólo la memoria escrita y oral de sus costumbres. Sin embargo, una reciente encuesta del Indec demostró que sólo en la provincia hay 11.725 hogares donde vive al menos un descendiente de estos primeros pobladores del desierto. A ello se suman los datos que aporta Diego Escolar, investigador delCricyt* / Conicet y profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.
Presencia urbana
Sí, quedaron atrás algunas costumbres, como la del lenguaje, que domina sólo el 4% del total de los descendientes que viven en la región de Cuyo. Es que los huarpes que conocieron los españoles en la época de la conquista estaban asentados en la parte occidental y periférica andina del país -en San Juan, San Luis y Mendoza. Esto se explica en "Historia de Mendoza", el libro de Jorge Scalvini publicado en 1965. Hoy, gran parte de los descendientes está literalmente fuera del sistema. Sin embargo, hay un dato muy importante que asombra a los especialistas: el 69% de los descendientes vive en zonas urbanas. Diego Escolar, investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), dependiente del Cricyt, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo y autor del libro “Los dones étnicos de la Nación. Identidades Huarpe y modos de producción de soberanía en la Argentina”, aclara que “muchos descendientes de los huarpes están en las ciudades. La sociedad está más dispuesta a aceptar que el aborigen esté en el campo, pero no a que se encuentre en la casa de al lado. Este dato es importante porque la sociedad proyecta los descendientes de los aborígenes lo más lejos posible”. Respecto de la supuesta desaparición de los huarpes, Escolar remarca que “en el siglo XVII se decía que se habían extinguido, y perduraron en forma semioculta y en ciertos momentos resurgieron, como ahora”.
Cifras y porcentajes
En toda la región y en Buenos Aires, los descendientes de huarpes suman 14.633 ciudadanos. De éstos, 12.710 se encuentran en Cuyo. La cifra es relevante porque se trata de la octava cultura aborigen con más pobladores en el país. Las más importantes en este momento son la Mapuche y la Toba. De los huarpes, 6.500 son hombres y 6.151 son mujeres. El 5,6% es analfabeto, y la mayoría tiene primario completo y secundario sin terminar, y sólo el 3,7% logró finalizar sus estudios en el nivel superior o universitario. En muchos casos, la falta de instrucción se debió a los recursos escasos de estas personas. Por ejemplo, sólo 394 niños de más de 5 años accedieron a una beca para estudiar. De estos pequeños, el 42% debe recorrer a diario más de 3 km para asistir a clases. Algunos, el 47%, caminan hasta 2,5 km todos los días. Inclusive hay 220 chicos que llegan a la institución a caballo o en mula. Además, dentro de los motivos de deserción escolar, la encuesta que forma parte de la investigación evidenció que la mayoría dejó sus estudios por falta de dinero y por tener que trabajar.
Algunos no se reconocen huarpes
Un dato interesante refiere a los descendientes de los huarpes que no se reconocen como tales. Si se toma a Cuyo, de los 12 mil hay 3.092 personas que tienen ese linaje, pero que no se sienten huarpes. Para Diego Escolar, esto tiene mucho que ver con uno de los factores que mantuvieron a este pueblo en silencio. “En efecto, durante generaciones se mantuvieron memorias de huarpes; muchas familias tenían conciencia de su pasado pero lo mantenían en secreto debido a la discriminación social que existía. Con la crisis del Estado en los años 90 el prejuicio comenzó a romperse. Lo cierto es que también hubo un proceso histórico donde hubo luchas indígenas hasta el siglo XIX y principios del XX, que es parte del tema en el que trabajo. Estos conflictos habían sido ocultados, tapados por la historiografía oficial. Una de las razones era la toma de posición sobre qué cosas eran importantes y cuáles no lo eran. A la Historia la escriben los que ganan”.
Condiciones de vida
La misma encuesta reveló que la mayoría de los descendientes son jóvenes de entre 5 a 29 años. De los 12 mil solo 2.610 viven en comunidad. Ninguno de los pequeños y adolescentes recibe sus clases en el lenguaje madre de esta cultura. Los ancianos, o la población de la tercera edad, se encuentran abandonados, puesto que de los descendientes de huarpes que viven en Cuyo, el 54% no recibe jubilación ni pensión. Para peor, el 56% no está cubierto por obra social o plan de salud privado o mutual. Por eso, el 73% se hace atender por un médico sólo en un hospital público. ¿Y qué pasa dentro de las viviendas? El Indec demostró que el 18% de los hogares donde habitan descendientes de los huarpes tiene necesidades básicas insatisfechas. Esta media es mayor a la que se presenta en los hogares donde no habita un descendiente de aborigen. Además, el 23% de los hogares son rurales y en ellos no hay desagües, ni red pública ni pozo ciego. A esto se suma que el 8,4% de las viviendas tiene pisos de tierra o ladrillo suelto, y que el 6,1%, en sus cocinas, usa leña o carbón como combustible.
* Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet / UNCu / Gobierno de Mendoza), sito en la capital provincial

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